El pasado 30 de octubre del 2021 tuvo lugar la “Reunión Internacional de Equipos Mixtos de Habla Hispana”, aprovecharé este espacio para compartir lo que me aportó esta vivencia.
En primer lugar, agradezco a los Equipos de Nuestra Señora todo el trabajo realizado para que este encuentro fuera posible. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación sirvieron para dar soporte a este encuentro que puso en contacto a personas, en mi caso, de España y Colombia.
En segundo lugar, compartir los aspectos del encuentro. Por un lado, como siempre, todo encuentro de equipistas es una oportunidad de renovación y refuerzo en la fe compartida. Los equipistas colombianos fueron muy activos, intercambiamos visiones diferentes sobre un mismo tema, bajo el paraguas de una misma fe pero con improntas culturales bien distintas y enriquecedoras al mismo tiempo. Es inenarrable todo lo que allí se compartió, por eso sólo me queda animar a todos los equipistas a participar en el próximo encuentro.
Por otro lado, en esta reunión se trabajó la “Carta Apostólica Patris Corde” del Santo Padre Francisco. Fue mi oportunidad para leerla, porque hasta ese momento la desconocía. No comentaré toda la Carta pero sí el punto que más me impactó, el punto en el que habla del “Padre en la Ternura”. Destacando las siguientes citas:
“Su ternura (de Dios) alcanza a todas las criaturas” (Sal. 145,9). “La historia de la salvación se cumple creyendo contra toda esperanza a través de nuestras debilidades (…) la mayoría de sus designios (de Dios) se realizan a través y a pesar de nuestra debilidad” (Rm 4,18). “¡Te basta mi gracia!, porque mi poder se manifiesta plenamente en la debilidad” (2 Cor 12.7-9). “Si esta es la economía de la salvación, debemos aprender a aceptar nuestra debilidad con intensa ternura” CF. Exhort. Ap. Evangelii gaudium (2013, 88, 288: AAS 105 (2013) 1057, 1136-1137)
“La ternura es el mejor modo para tocar lo que es frágil en nosotros. El dedo que señala y el juicio que hacemos de los demás son a menudo un signo de nuestra incapacidad para aceptar nuestra propia debilidad, nuestra propia fragilidad” Patris Corde.
Entendiendo la ternura como el cariño afectuoso e íntimo, en este caso, hacia nosotros mismos, me cuestiono ¿soy tierna conmigo misma? ¿Somos tiernos con nosotros mismos? Posiblemente demasiadas veces no y quizás eso es lo que nos lleva a señalar y a juzgar a los demás sin mirarnos a nosotros mismos primero y contribuir a la hostilidad del mundo.
Esta invitación hacia la ternura para aceptar nuestras debilidades y fragilidades es una invitación complicada en unos tiempos donde las debilidades y fragilidades se tienden a ocultar para precisamente huir de hostilidad reinante.
Ser débil y frágil, hoy en día, tiene connotaciones negativas, yo no quiero ser débil ni frágil, eso te cierra puertas, y en un mundo tan competitivo como es el mundo en el que vivimos, no te puedes permitir el lujo de perder oportunidades.
El mensaje de la ternura de esta carta es al mismo tiempo revelador y revolucionario. Revelador porque si todos fuésemos capaces de aceptar nuestras debilidades y fragilidades y verlas como luz en vez de oscuridad, seguramente, gozaríamos de mejor salud mental en general, probablemente habría menos tristeza, menos angustia, menos complejos, menos violencia… La Organización Mundial de la Salud informa de que la prevalencia de los trastornos mentales va en aumento, afectando no sólo a la salud de las personas sino también a la salud socioeconómica y de los derechos humanos en todos los países.
Revolucionario porque va a contracorriente, Dios se fija en nuestra debilidad y fragilidad y actúa a través de ella, nos hace fuertes a través de lo que a priori parece ir en contra de ello.
No creo que existan fórmulas mágicas y sin esfuerzo para conseguir esa ternura hacia nosotros mismos de hoy para mañana, por eso os invito a leer la “Carta Apostólica Patris Corde” y a tener presente las palabras de Jesús: “Amarás al prójimo como a TI MISMO” (Mt 22:39).
Susana Valiente Hernández
EMD Badalona 8
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